LA EVOLUCIÓN SEGÚN LAMARCK

A. Utiliza su explicación para explicar las siguientes afirmaciones:

• Las jirafas tienen el cuello largo porque necesitan llegar a las hojas altas de los árboles.

De acuerdo con Lamarck, la población inicial de girafas poseería un cuello corto. La desaparición del alimento en el suelo supondría que el único sustento posible para esta especia se encontraría en las copas de los árboles, por lo que las girafas se esforzarían una y otra vez por alcanzarlas. A base de este esfuerzo, su cuelllo se estiraría  y esta modificación se heredaría en las generaciones siguientes, produciendo así una evolución en la especie.

• Los canguros tienen enormes patas traseras porque las necesitan para huir de sus enemigos.

De igual forma, el esfuerzo por huír  de los depredadores produciría un mayor desarrollo en las patas de los canguros, característica que heredaría su descendencia.

• Las serpientes perdieron sus patas porque no las utilizaban y les molestaban para reptar.

Basándonos en uno de los postulados de la teoría de Lamarck, la función crea el órgano, por lo que la inutilidad de cualquier parte corporal (en este caso las patas de las serpientes) tendería a desaparecer en los individuos (es decir, una serpiente que inicialmente tuviera extremidades las perdería a causa suponer un estorbo a la hora de reptar). AL igual que en los ejemplos anteriores, estas nuevas características adquiridas se reproducirían en su progenie. 

B. Visiona el siguiente vídeo sobre el Lamarckismo, sobre la evolución del cuello de las jirafas y resúmelo.

 

   La teoría de Lamarck se caracterizó por ser la primera que proponía una evolución en las especies, al contrario que el hasta entonces establecido y aceptado fijismo. Sin embargo, la teoría de Lamarck no podía ser más diferente a la actual, basada en la obra de Darwin;

En primer lugar, Lamarck afirma que la función crea el órgano, es decir, que a base de una necesidad y su esfuerzo por cubrirla (las girafas necesitan alimentarse de las copas de los árboles e intentan alcanzarlas una y otra vez) el órgano en cuestión se desarrolla (su cuello se estira). Así pues, la evolución no es casual, sino que sigue un fin: la supervivencia de la especie. Para que toda su teoría se sostuviese, Lamarck tuvo que concluír que estas características adquiridas se perpetuaban en la descendencia (es decir, las crías de las anteriores jirafas nacerían con un cuello más largo). De esta forma culminaría el proceso de evolución.